Nancy no distingue entre realidad y ficción y está cada vez más convencida de que fue secuestrada cuando era niña. Cuando conoce a una pareja cuya hija desapareció hace 30 años, las dudas cogen peso y el poder de las emociones amenaza con sobreponerse a lo racional.

Ray Marrow (Zane Holtz) vuelve de la Guerra de Siria cuando su mujer fallece a causa de un accidente de tráfico. Su hijo, Lawrence Marrow (Azhy Robertson), sufre estrés postraumático y comienza a actuar de manera extraña. Con el paso del tiempo, Ray descubre que Lawrence ha adquirido la habilidad de sentir la presencia de una mujer que ha desaparecido, lo que causa que ambos sean perseguidos por una mafia local.